-Siéntate en la cama –Sasuke obedeció y Sakura lo imitó sentándose de rodillas detrás de él. Empezó a formar sellos y Sasuke pudo sentir el chakra de la pelirosa, una sensación cálida le invadió el cuerpo cuando sintió la mano de Sakura posada sobre su sello. Y no lo puedo evitar, se quedó dormido... Sakura se apartó para que el cuerpo del moreno reposara en la cama.
“pobrecito… parece un niño” –Sakura se mordió el labio inferior, se dirigió al armario y sacó una manta, con la que cubrió el cuerpo de Sasuke. Antes de salir de la habitación, aparto los cabellos del moreno que tapaban su rostro y acarició de forma cariñosa con el dedo pulgar la mejilla derecha de Sasuke
-Que duermas bien –le susurró antes de salir de la habitación del pelinegro-
A la mañana siguiente…
El sonido del despertador sonaba diferente esta mañana, ni siquiera se enfadó cuando la sacó de su sueño… y se levantó con una sonrisa inmensa… La pelirosa canturreaba una cancioncilla mientras se dirigía hacía en cuarto de baño… hoy tenía entrenamiento con su equipo así que lo primero era una buena ducha fría para desperezarse.
Ya con su traje negro y su camisa de tiras blanca bajó a la cocina aun con el pelo mojado… Se preparó un desayuno y antes de salir de casa colocó su estuche ninja en su pierna derecha… Cerró la puerta y salió corriendo hacía el puente, donde sus dos compañeros la esperaban…
En el puente…
Sai estaba sentado en la barandilla, llevaba unos diez minutos esperando solo, cuando vio una melena rosada dirigirse hacia donde estaba él…
-Buenos días –Saludó alegremente la pelirosa, apoyándose en la misma barandilla que Sai… El moreno la miró y sin tan siquiera molestarse en saludar fijó su vista en el árbol que había enfrente-
-¿Qué te pasa? –Preguntó la pelirosa por la reacción de Sai-
-Nada
“habré hecho algo mal…” –Se preguntaba Sakura-
-Sai… yo no creo haberte hecho nada para que estés así
-¿Te crees que todo lo que me pasa gira entorno a ti? –Preguntó con sarcasmo-
“Sai…” –Sakura se apartó un poco y agachó la cabeza- Lo siento… -Sai la miró-
“Soy estúpido” –Se levantó y se puso enfrente de Sakura, con la mano derecha levanto su rostro, para comprobar que la sonrisa que traía había desaparecido por su culpa- Perdón…
-no tienes por que disculparte… yo no d… -Sai se había acercado tanto que se quedó sin palabras, podía sentir que la mano libre del moreno había rodeado su cintura atrayéndola hacia él, Sai notó la inquietud de Sakura… Quería besarla pero no podía, veía inseguridad en sus ojos, la mano que sujetaba la mejilla de la pelirosa rodó hasta su espalda, haciendo que sus cuerpos se juntaran en un dulce abrazo- “Sai…” –La pelirosa sintió una confortable sensación y un poco ruborizada correspondió el cálido abrazo apoyando sus manos y su cabeza en el pecho de Sai, ninguno de los dos supo cuanto tiempo estuvieron en esa posición, cuando se separaron ambos de miraron a los ojos con una sonrisa en sus rostros y un tenue rosado en sus mejillas, Sai acarició un mechón rosado y se sentó en la barandilla seguido por la pelirosa que se apoyó en ella.
Naruto llegó media hora más tarde… pero poco importaba aun les esperaba a los tres una larga espera por su sensei…
Sasuke estaba en el suelo respirando agitadamente, una nube de polvo que poco a poco se desvanecía dejaba a la vista una enorme brecha… Tsunade respirando profundamente y con el puño dirigido al principio de ese desastre, fue la creadora de tal destrozo. Ohh, como lo estaba disfrutando… Tsunade no quería dañar a Sakura, fue por ella que permitió que el Uchiha se quedara, pero nadie le iba a negar el placer de darle una buena lección al chico vengador, aunque debía reconocer, que probablemente, Sasuke fuera uno de los shinobis más fuertes que actualmente se encontraban en la aldea… Pero aun así al Uchiha le faltaba para poder vencer a la Hokage.
“Esta loca… me quiere matar” –el Uchiha había luchado antes con Jiraiya, había sido un combate corto, solo para comprobar las habilidades del Uchiha con veinte minutos le bastaron para medir el nivel de Sasuke, pero Tsunade… Oh… con Tsunade, llevaba peleando ¡una hora!, una hora esquivando puñetazos que destrozaban el suelo, si uno de esos le daba, desfiguraría su cara para el resto de su vida- “Mierda es difícil luchar sin que el sello se active” –con el sharingan activado Sasuke se dirigió hacia la Hokage en segundos llegó hasta su posición y con la katana dio un golpe seco, Tsunade lo paró con ambas manos, para después dirigir una mirada burlona pero a la vez orgullosa- No está nada mal… -Tsunade apartó la katana y se fue dándole la espalda al moreno- Vete a descansar… -le dijo ya bastante alejada del Uchiha-
“Si pudiera activar el sello esa vieja sabría lo que es bueno” –Sasuke se recostó en el suelo, estaba lleno de arañazos y heridas, su ropa estaba desgarrada, su pelo enmarañado y para colmo su tripa volvía a rugir, y no era para menos, Sasuke era un pésimo cocinero, y antes de verse con La Hokage y Jiraiya, solo consiguió comerse una tortilla quemada, que mientras la comía no podía dejar de pensar en el exquisito arroz con curry que se había comido anoche- “Me voy…” –el Uchiha había echado a anadar hacia su departamento- “Mierda le había dicho a Sakura que estaría en el departamento a las siete, ya deben las ocho…” –Sasuke esta vez se echó a correr-
El sonido de la hoya anunciaba que muy pronto la comida estaría hecha, pedazos de ternera se hervían junto con setas y verduras, el asado tenía una pinta deliciosa… La pelirosa guardaba en la nevera una pequeña sorpresa para Sasuke, estaba algo preocupada ya que el moreno llegaba más de una hora tarde… “Que le habrá pasado” –Pensaba mientras acaba de poner la mesa-
Sasuke llegó a su apartamento y nada más abrir la puerta un delicioso olor a comida llego hasta su nariz, entró en la cocina con una mirada curiosa…
-¿Sasuke que te ha pasado? –Preguntó la pelirosa-
-Tsunade… -Se limitó a decir Sasuke, que sólo miraba el contenido de la hoya que había enfrente, Sakura se río- “Maestra…” –A la comida aun le faltan diez minutos, aun te da tiempo de darte una ducha –Sasuke no tardó ni cinco minutos en estar de vuelta en la cocina duchado y aseado-
“Si que es rápido” –Pensó Sakura mientras estaba sirviendo la comida en los platos, él antes de empezar a comer olió el asado, ambos sentados en la mesa empezaron a comer-
-¿Qué tal te fue con la Hokage?
-Bien –Contestó Sasuke-
“no se ni para que intento sacarte conversación” Sakura resignada se limitó a cenar y a la media hora Sasuke estaba sentado en la cama sin camisa y Sakura detrás de él curando las heridas que el moreno tenía a causa del entrenamiento-
-Si te molesta avísame
-Hai…
“Vamos mejorando al menos ahora no contesta gruñendo” –La pelirosa acabó de curar las heridas y empezó con el tratamiento-
“Sakura…” –Los pensamientos de Sasuke pararon cuando un fuerte dolor cruzó su espina dorsal hasta llegar al sello, un grito ahogado salió de su garganta mientras sus manos se agarraban a las sabanas-
-¡Sasuke-kun! –Sakura se asustó- “No debería de doler” –En ese momento observó como el sello maldito parecía reaccionar- el sello… -murmuró Sakura mientras llevaba su mano derecha al sello-
-Sakura… -Sasuke al sentir la mano de Sakura posarse sobre él se giró y abrazó a la pelirosa pasando sus dos brazos alrededor de la cintura de Sakura y escondió el rostro en su cuello-
“Sasuke-kun” –La pelirosa se asustaba más por momentos, la respiración de Sasuke se había acelerado, y el sello parecía que reaccionaba más a cada segundo, lo peor de todo es que no tenia ni idea de lo que ocurría, se sentía impotente, lo único que podía hacer era rodear con sus brazos el cuello del moreno, y con su mano derecha enterrar sus dedos en el cabello de Sasuke-
El dolor se intensificaba, sentía como si en su cuerpo estuvieran clavadas cientos de agujas atravesándolo, estrecho aun más a la pelirosa contra si… escondiendo aun más su rostro en el cuello de Sakura. Poco a poco el dolor fue cediendo, Sakura sintió como el cuerpo del moreno se empezaba a relajar, aun así Sasuke no se había movido ni un solo centímetro
-Sa-Sakura… -Pronunció su nombre entrecortadamente. ¿Qué le había pasado?... Necesitaba ese abrazo y aun no quería romperlo y la pelirosa lo sabía sin necesidad de pedirlo. Sakura se recostó aun con el moreno abrazado a su cuerpo y con la cabeza en su cuello. Sasuke se quedó dormido al poco tiempo, no sólo por el cansancio que le había producido la experiencia si no por la sensación de confort que la pelirosa le regalaba. Sakura se apartó con cuidado de no despertarle y lo arropó con una manta, para irse dejando al uchiha completamente dormido en su cama...
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