Sakura estaba ya casi preparada, su traje consistía en unas botas negras, con poco tacón, un pantalón corto de color negro, una camisa de tiras blanca y una torera de manga larga a juego con el pantalón, en su pierna derecha traía un estuche donde guardaba lo necesario para la misión, alguna que otra medicina, kunais, shurikens lo imprescindible… también llevaba una gargantilla con un dije de corazón, regalo de Naruto por su decimosexto cumpleaños. Su pelo el cual había crecido considerablemente, le llegaba a la mitad de la espalda, y por último en su mano derecha llevaba una pulsera, esta vez regalada por Sai en ese mismo cumpleaños. Ya aseada y vestida cogió su mochila y se dirigió a las puertas de Konoha donde sus compañeros de equipo, Naruto y Sai, la estaban esperando…
-Buenas días ¡Sakura-chan! –a pesar de que Sakura ya no era una niña Naruto siempre la saludaba con esa hermosa sonrisa y el –chan al que ya estaba acostumbrada.
-Buenos días Naruto –cuando Sakura cruzó su mirada con Sai, vio al pelinegro acercarse, se quedó quieta esperando a que el pelinegro le diera otra dulce beso en la mejilla, igual al que le había dado la noche anterior-
-Buenos días –dijo el pelinegro-
-¡Baka¡Sai teme¡Como te atrevas a besar a Sakura-chan! –Vocifero el rubio, mientras perseguía a Sai, el cual al ver la reacción del rubio hizo lo primero que se le pasó por la mente, salir corriendo.-
-Sakura ayúdame –Pidió Sai mientras corría en dirección al destino de la misión, con el Uzumaki detrás de él-
Sakura no sabía si reírse a carcajadas o preocuparse- Y la mejor opción fue… seguirles corriendo, después de todo llegaría un momento en que se cansarían… o eso esperaba, con una sonrisa y feliz, la pelirosa se dirigía una misión que esperaba ser ¿divertida?
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